El Pacífico colombiano alberga dos islas que se destacan como joyas de la biodiversidad mundial: la Isla Malpelo y la Isla Gorgona. Estas islas, únicas por sus ecosistemas terrestres y marinos, son destinos de gran interés tanto para científicos como para turistas amantes de la naturaleza.
La Isla Malpelo: El Paraíso Marino
Situada a unos 500 kilómetros de la costa de Buenaventura, Malpelo es un Santuario de Fauna y Flora reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su ecosistema marino es hogar de impresionantes escuelas de tiburones martillo, tiburones ballena y diversas especies de peces como pargos y meros. Este destino es ideal para buceadores experimentados que buscan explorar sus aguas cristalinas y su biodiversidad única. Sin embargo, la isla es accesible únicamente a través de operadores turísticos especializados, con permisos estrictos para proteger su fragilidad ambiental.
La Isla Gorgona: Un Refugio de Biodiversidad
Gorgona, conocida como "la isla de las serpientes", debe su nombre a su abundancia de reptiles, aunque su biodiversidad va mucho más allá. Este parque nacional combina selvas exuberantes y playas tranquilas, siendo hogar de aves exóticas, mamíferos, tortugas y, en ciertas temporadas, ballenas jorobadas. Su rica historia también incluye su pasado como prisión, lo que añade un toque cultural a este paraíso natural.
Conservación y Turismo Responsable
Ambas islas están bajo la gestión de Parques Nacionales Naturales de Colombia, lo que implica reglas estrictas para preservar sus ecosistemas. Los visitantes deben seguir protocolos diseñados para minimizar el impacto humano y garantizar la conservación de estas áreas protegidas.
Explorar Malpelo y Gorgona no solo ofrece una experiencia inolvidable, sino que también representa una oportunidad para valorar y apoyar los esfuerzos de conservación que aseguran la supervivencia de estos tesoros ecológicos.
